domingo, 23 de febrero de 2014
Suiza y la animadversión de la unión europea hacia la voluntad de la gente.
El resultado del referéndum celebrado en Suiza hace 2 semanas en el que los suizos votaron a favor de la iniciativa de una organización favorable a la limitación de la llegada de inmigrantes de los países de la UE en cuotas anuales, sigue levantando polémicas en el seno de la unión europea, Suiza es un país tradicionalmente euroesceptico, nunca quiso formar parte de la unión europea, ni siquiera aceptó formar parte del mercado único europeo, en el único proyecto de la unión europea en el que aceptaron formar parte es el espacio Schengen (ingresaron en el 2008) que permite la libre circulación, trabajo y residencia de todos los ciudadanos de los países que forman parte de dicho espacio, y además, exige que no haya controles fronterizos entre los países vecinos, solo carteles que indican que entras o sales de tal país o otro.
Suiza además, es un país que utiliza mucho la democracia directa en la toma de decisiones, cada pocos meses leemos en la prensa que Suiza aprobó o rechazó una medida después de un referéndum popular, ese tipo de democracia, que en Suiza sí funciona y les va bien, no es garantía de que funcione en todos los países, yo personalmente prefiero la democracia representativa, pienso que la población tiene mucho desconocimiento sobre muchos temas que afectan al país y que solo los dirigentes electos pueden entender bien sus consecuencias, pero en temas como la inmigración creo que la población conoce bien los detalles, conviven el día a día con inmigrantes y saben si se integran bien o no, si vienen a trabajar o a provocar problemas.
El caso es que la decisión de los suizos de dar una bofetada a uno de los proyectos estrella de la UE, el espacio Schengen, no ha sentado nada bien en el seno del establishment de Bruselas y sus altavoces mediáticos, a nadie le ha sorprendido que los eurócratas como Durao Barroso o Herman Van Rompuy en vez de respetar la decisión legitima de los suizos, hayan tomado la decisión de "castigar" a Suiza, suspendiendo así la cooperación en temas como el I+D+i (Suiza es más innovadora que la mayoria de paises de la UE) o las becas Erasmus, y los medios de comunicación europeistas no dudaron de tachar a los suizos de racistas, xenofobos y todo tipo de descalificaciones que no vienen a cuento, puesto que hacer una política de inmigración coherente no es ser xenofobo, sino sensato, en España y desde hace años vemos a diario las consecuencias de la política de inmigración buenista, la de "bienvenidos a todos", en España la prostitución se ha disparado desde la entrada de Rumanía y Bulgaria en la UE en 2007, gran parte de esas prostitutas provienen de esos países, y también las actividades de la mafia procedente de los países del este de la unión europea hasta el punto de que España es considerada "el paraíso de las mafias en Europa", el caso es que los suizos no parece preocuparles ni lo más mínimo que los burócratas europeos se enfaden, ni mucho menos sus "castigos".
Precedentes en el pasado :
La reacción hostil de la unión europea hacia la decisión de los suizos no debe sorprendernos, no es la primera vez que la unión europea liderada por sus 2 pilares, Alemania y Francia, intimiden a los países que rechazan los tratados y proyectos de la unión europea, ya sea los gobiernos legítimamente electos, o los ciudadanos que votaron en referéndums, en 1992, en plena propaganda comunitaria a favor del tratado de Maastricht, Dinamarca decidió convocar un referéndum para consultar a la población, el resultado ha sido el rechazo de los daneses a ratificarlo, después de aquello la UE empezó a presionar a Dinamarca, engañando a su opinión pública ofreciendoles excluir al país de algunos puntos que los daneses no veían con buenos ojos, combinado con una propaganda brutal diciendo que Maastricht traería la prosperidad a Europa, un año después, en 1993, hicieron votar de nuevo a los daneses hasta que ratificaron el tratado, pocos años después, en pleno debate sobre los países que iban a unirse a la moneda única, la población de muchos países se oponía a renunciar a sus monedas nacionales, aún así, sus dirigentes decidieron ingresarlos en el Euro en contra de su voluntad, algo que el ex-canciller alemán, Helmut Kohl, reconoció recientemente calificando su actuación en aquel entonces como "dictatorial" puesto que la mayoría de los alemanes no querían renunciar al Marco, años después, en 2005, en plena crisis institucional de la UE sobre la llamada "constitución europea", cuya propaganda a favor por parte de los burócratas europeos y los dirigentes de los países miembros de la UE ha sido espectacular, prometiendo a la gente el paraíso si aprobaban dicha constitución, los habitantes de 2 países, Francia y Holanda, rechazaron rotundamente dicha constitución, lo cual llevó a la UE a renunciar a ella, sustituyéndola un par de años después por el llamado tratado de Lisboa, que no se diferencia en casi nada de la constitución europea, solo el nombre es lo diferente, y algunos puntos de la constitución se descafeinaron en el tratado de Lisboa, pero el fondo era lo mismo, eso llevó a que se produjeran varias protestas ya que solo 2 años atrás los franceses y holandeses habían rechazado el tratado constitucional, el presidente checo en aquel entonces, Vaclav Klaus, y el presidente entonces de Polonia, lech kaczynski (que falleció en 2010 en un accidente de avión) echaron un duro pulso a la burocracia europea, a Alemania y a Francia, rechazando firmar el tratado, y Irlanda, cuya constitución obliga a convocar un referéndum sobre casi todo tratado que firma el país en política exterior, convocó un referéndum en 2008, el resultado fue que los irlandeses rechazaron el tratado, eso provocó una gran frustración en el seno de las instituciones europeas, y se inició una agresiva campaña contra Irlanda, amenazándola de aislamiento y anunciando nada más y nada menos que una especie de apocalipsis para la pequeña isla celta si no ratificaba el tratado, el resultado es que obligaron al país lluvioso a convocar otro referéndum que dio como resultado la ratificación del tratado, los presidentes de Polonia y la república checa, no tuvieron más remedio que firmar el tratado debido a las enormes presiones y amenazas ejercidas por parte de Francia y Alemania, principales impulsores del tratado.
otro caso se remonta al año 2011, en plena crisis de deuda griega, el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, decidió hacer caso a la voluntad de la mayoría de los griegos optando por una salida del país de la zona euro, la reacción de Bruselas fue tan hostil a esa idea que acabaron sustituyendo a un primer ministro electo democraticamente por un gobierno tecnocratico puesto a dedo por los eurócratas.
El ultimo episodio de esas actitudes antidemocraticas de la UE ha sido a finales de 2013, con Letonia cerca de renunciar a su moneda nacional y adoptar el Euro el 1 de enero de 2014, la aplastante mayoría de la población, casi el 80%, rechazaba adoptar el Euro, la oposición parlamentaria reclamaba al presidente del país no adoptar la moneda única o convocar un referéndum, algo que el presidente rechazó haciendo caso a las presiones de Bruselas.
En definitiva, no nos deben sorprender esas actitudes antidemocraticas, la unión europea esta siendo un fracaso brutal en gran parte debido a no respetar la voluntad de los ciudadanos europeos que no quieren que las decisiones se tomen en Bruselas, sino en sus parlamentos nacionales, y que desmontan por completo la propaganda comunitaria de que la UE es una organización basada en el dialogo, la democracia y que los países "ceden soberanía voluntariamente" algo radicalmente falso, porque los países que se atrevieron a rechazar los tratados europeos, han sido coaccionados y amenazados hasta que los ratificaron.
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