El banco de España publicó ayer los datos macroeconómicos del primer trimestre de este año, unos datos que reflejan una recuperación económica lenta y indefensa ante futuras tensiones políticas y económicas, el PIB creció un 0,4%, el empleo mejoró levemente de tal manera que si sigue a este ritmo tardaríamos años en recuperar cifras similares a épocas anteriores a la crisis, el consumo interno apenas se incrementó en un 0,2% y las importaciones disminuyeron un 1,2%, pero en lo que más me centraré hoy es en el dato de exportaciones.
Dado a que los países de la eurozona ya no controlan sus políticas monetarias y que Alemania se opone a una devaluación competitiva del Euro, Una de las apuestas de la unión europea para luchar contra la crisis en los países más afectados como España es la devaluación interna, que básicamente consiste en bajar salarios y incrementar los horarios laborales para "ganar competitividad" y impulsar las exportaciones, una especie de modelo "low cost", crecer a base de vender barato empobreciendo a la población, es bastante irónico ver como los mismos que ahora defienden la devaluación interna criticaban hace pocos años a los países asiáticos - salvando las distancias - por hacer algo parecido.
Pero la pregunta más importante es, ¿funciona la devaluación interna?, viendo las cifras tengo serias dudas sobre ello, las exportaciones en el primer trimestre descendieron un 0,6% después de cuatro trimestre seguidos de ascenso, sin embargo, ya en el cuarto trimestre de 2013 las exportaciones empezaron a perder fuerza, es cierto que España ha sido en los últimos dos años uno de los países que más incrementó sus exportaciones, sin embargo, ese incremento apenas se nota en la creación de empleo y la cifra total de exportaciones españolas no alcanzan a países muchísimo más pequeños y mucho menos poblados que España como son Bélgica y Singapur, por lo que no hay motivo alguno por el que estar satisfechos.
En lo que debemos centrarnos es en el frenazo de las exportaciones en los dos últimos trimestre y sus motivos, casualmente, cuanto más fuerte se ha hecho el Euro menos exportamos, es decir, la apreciación ascendente del Euro desactiva gran parte de la competitividad ganada por la bajada de los salarios y el incremento de horarios laborales, el Euro llegó a rozar en el primer trimestre el 1,40 dólares y peor aún, no parece que el BCE este por la labor de despreciarlo por las presiones ejercidas por Alemania, por lo que las exportaciones españolas seguirán sin crecer como nos gustaría.
Lo que se ha demostrado en los últimos trimestres es que la devaluación interna no esta funcionando, exportar más a base de precarizar las condiciones laborales y salarios no debe ser un modelo a seguir, a parte de ser inútil teniendo una moneda tan apreciada (artificialmente), no importa cuantos salarios bajemos, el Euro acaba comiendo gran parte de la competitividad ganada, la solución más razonable es la devaluación competitiva del Euro, algo que Alemania no permitirá.
La devaluación siempre ha sido, es y seguirá siendo una herramienta básica en la economía, las devaluaciones, al igual que la mayoría de medidas económicas, tienen pros y contras, la cuestión es tomar la decisión que contenga más pros que contras, ¿Cuál es la devaluación más conveniente, la monetaria o la salarial?, En la mayor parte de los países, los gobiernos y economistas de todo tipo de ideologías ya sean conservadores, liberales, socialdemócratas, centristas, democráticos o dictatoriales, apuestan por la devaluación competitiva de la moneda para ayudar a impulsar la economía, sin embargo, algunos medios y economistas neoliberales (que no liberales, es distinto) argumentan que es mejor bajar los salarios porque la devaluación competitiva de la moneda "empobrece" ya que la inflación sube por el aumento del precio de las importaciones como el petróleo, son argumentos bastante falaces, en primer lugar es cierto que la devaluación de la moneda incrementa el precio de ciertas importaciones como el petróleo, ese es su contra, sin embargo los pros son que las exportaciones se incrementan, se atrae inversión extranjera, aumenta el turismo, se consumen más productos nacionales debido al encarecimiento de los productos extranjeros, en otras palabras, los pros de la devaluación competitiva de la moneda son infinitamente superiores a las contras, además, la devaluación competitiva no conduce necesariamente a un aumento de la inflación, el Reino unido y EEUU han devaluado sus monedas en la actual crisis consiguiendo mantener estables sus tasas de inflación, a parte de que España en estos momentos lo que más necesita es una inflación de al menos 4% o del 5% para hacer frente al peso cada vez más ascendente de la deuda que acumula el país, la inflación baja en la que estamos solo contribuye a aumentar el peso de la deuda frente al PIB lo cual empeora aún más las cosas.
En lo que respecta a la devaluación interna, es mucho más empobrecedora puesto que precariza las condiciones laborales y baja drásticamente los salarios por lo que se pierde poder adquisitivo lo que conlleva a la depresión del consumo que por su parte nos lleva al ahogamiento en el pantano deflacionista, de hecho, España actualmente esta en terreno negativo en tasas de inflación, por lo contrario los resultados de la devaluación interna han sido poco convincentes, más aún con un Euro tan apreciado y viendo el negativo impacto social que ha causado.
En el año 1959, España aplicó un amplio programa de reformas y medidas económicas llamado "plan de estabilización" para impulsar su economía, entre esas medidas fue una devaluación competitiva de la peseta, esas medidas contribuyeron a que España viviese un gran época de prosperidad llegando a ser el país que más crecía del mundo solo por detrás de Japón y alcanzando el séptimo puesto como potencia industrial, esa etapa solo fue interrumpida en el año 1973 por la crisis del petróleo provocada por el conflicto entre varios países árabes y Israel incrementando los primeros el precio del petróleo como represalia contra EEUU por su apoyo al gobierno israelí.
La devaluación interna en realidad mira solo por los intereses de las grandes empresas, ya que les abarata los precios de la producción dentro del país y les permite tener una moneda apreciada para que tengan mucho capital que invertir fuera, por lo contrario a las clases bajas y medias les perjudica empobreciéndolas lo que repercute negativamente en las pymes y autónomos que en su mayoría sobreviven gracias al consumo interno, la devaluación de la moneda nos "empobrece" si vamos de turismo a otro país ya que allí la moneda al estar devaluada vale menos, pero dentro del territorio nacional la moneda vale lo mismo.
Lo peor que tiene cometer un error no es haberlo cometido sino negarse a reconocerlo y corregirlo, y los políticos españoles se niegan a mirar por los intereses generales de España abandonando el Euro y regresando a la peseta, una vuelta que si bien a corto plazo sería algo traumática pero a medio plazo la situación se establecería, un país que no controla su política monetaria es un país que no controla su economía y su destino, es imposible sobrevivir para siempre si un país no controla los tipos de cambio, los tipos de interés, la cantidad de liquidez que hay en el sistema y una larga lista de herramientas monetarias.